Más de cinco meses después de la destitución de Miquel Caminal, el Memorial Democrático sigue sin director y con la puerta cerrada. Pese a todo, la vicepresidenta de la Generalitat, Joana Ortega, dijo ayer que esa institución es "una joya que hay que poner en valor" y prometió que "antes de un mes" se nombrará un sustituto que se desea consensuar.
La plaza de gerente también está vacía y es muy probable que no se cubra por problemas presupuestarios. En canto a la sede, ubicada en las antiguas dependencias del Departamento de Interior de Via Laietana, seguirá cerrada por problemas arquitectónicos y no abrirá más. Repararla cuesta mucho dinero y se está buscando un local de alquiler en el Eixample. La Generalitat quiere que el Ayuntamiento de Barcelona también colabore.
El diputado de Iniciativa-Esquerra Unida Jaume Bosch preguntó ayer a Ortega si el Memorial Democrático le provoca urticaria, porque en estos meses no ha convocado a los órganos de gobierno ni a sus miembros para presentarse como nueva responsable. Bosch entiende que este organismo vive una época de "desorientación" y recriminó también que no celebrara el 80º aniversario de la proclamación de la Segunda República.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 23 de junio de 2011