A Jose Luís Fernández Pardo, director del Colexio Novo de Arteixo, se le viene encima una gorda. La familia de la niña marroquí a la que el director echó de malos modos del colegio el último día del curso alegando que ya no era alumna del centro, interpondrá hoy una denuncia en su contra ante la Fiscalía del menor.
"Irán contra el director", asegura Juan Ferreiro, asesor legal de la familia, en una denuncia en la que "puede deducirse una prevaricación". No le faltan motivos. Fernández Pardo había llevado a cabo una cruzada contra la niña de 12 años, que usaba velo infringiendo una norma interna del centro que se decidió a mediados de curso. El último día de clase, "el director no supo controlar su fobia contra la niña", asegura Ferreiro. Cuando la echó del colegio, no mandó el expediente al centro en el que debería estudiar el próximo curso, "que está a 15 metros". "Expulsó a la niña sin cerciorarse de que tenía plaza en el otro colegio".
El padre de la niña, Redouane Hakim, decidió pasar por el segundo centro, el CEIP Ponte dos Brozos, antes de poner la denuncia en la Guardia Civil. Fue entonces cuando descubrió que "la niña estaba desescolarizada", y que seguiría estándolo durante toda la mañana, hasta que llegó el expediente. A última hora pudieron recoger finalmente en Ponte dos Brozos, donde la niña "fue alumna por hora y media", las notas de un curso que había realizado en otro colegio.
El director había intentado, sin éxito, darle en mano a la niña una carta informativa sobre el traslado de colegio. "Notificación que, legalmente, tendría que haber enviado por correo", señala el asesor legal. La comunicación les llegó ayer a los padres. La familia piensa luchar por la dignidad de su hija, contra la que consideran que Fernández Pardo arremetió. "Cuando una persona no puede controlar su ira", declara Ferreiro, "no puede dedicarse a la docencia, y mucho menos dirigir un centro educativo". Después de este desafortunado fin de curso, y por alejarse del "hostigamiento", la familia decidió matricularla preventivamente en un centro de Casablanca. Probablemente no consiga plaza, ya que "la petición se hizo tarde, y además tiene que realizar unos exámenes de acceso en árabe", asegura Ferreiro. La situación no tendrá consecuencias educativas para la menor, que puede presumir de unas "excelentes notas, curiosamente en asignaturas como Educación para la Ciudadanía", declara el abogado. "Pero sí que tendrá un gran impacto moral".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 24 de junio de 2011