Humbug fue un poco como el Neon Bible de Arcade Fire. Un sí pero no. Un disco que en el momento parece tomar las decisiones correctas, pero con el tiempo se destapa como el contenedor de más de una canción equivocada.
Suck it and see es como The suburbs. Un sí, joder, que sí. Un álbum que abandona la necesidad de demostrar algo para rendirse a la promesa de una madurez plena sin negar una juventud efervescente. Aquí está lo mejor de todas las versiones de la banda. La de los adolescentes insolentes, la que rebuscaba en el romanticismo obrero de Richard Hawley, la que observaba atónita cómo Alex Turner partía en pos del pedigrí de Scott Walker y la que se vengó de él organizándole un pulso con Josh Homme.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 24 de junio de 2011