Cuando el director Byron Hurt preguntó a Busta Rhymes sobre la homosexualidad en el hip-hop en 2006, el rapero se sintió tan ofendido que abandonó la habitación. El documental, titulado Hip hop: beyond beats and rhymes, pretendía ahondar en temas como la homofobia, la violencia o el sexismo en este género musical. Hasta la fecha, todos ellos se han aceptado más o menos como parte ineludible de una cultura, casi como un certificado de virilidad. Pero de un tiempo a esta parte las cosas han cambiado.
Lo homosexual ha dejado de ser una subcultura para convivir con nosotros, ya sea desde cargos políticos abiertamente gais hasta presentadores televisivos que hacen de la pluma su mejor arma. ¿Por qué en el hip-hop habría de ser diferente? Películas como Off beat, del suizo Jan Gassman, quieren romper esquemas. En ella, el hecho de ser gay y dedicarse al hip-hop va más allá del estigma social. Sencillamente se entiende como una circunstancia personal más. La cinta está en competición en el festival Fire!!, que se celebra en Barcelona del 28 de junio al 9 de julio.
Su protagonista (interpretado por Hans-Jakob Mühlethaler, músico y bisexual en su vida real) vive una turbulenta historia de amor, cae en una espiral de autodestrucción y lucha por sacar adelante su carrera. Todo narrado en un estilo casi documental y eludiendo caer en la narrativa más trillada del cine gay. "La fórmula habitual para afrontar que eres gay en un entorno como el del hip-hop es no diciendo que lo eres", reflexiona Jan Gassman. "Tras el estreno de la película en el pasado festival de Berlín, recibí dos mensajes de Facebook de raperos a los que les gustan los hombres. De hecho, no dicen que son gais, sino que 'están con un tío'. Me hizo gracia, parece que evitaran la sola mención de esa palabra".
Existe todo un mundo homosexual en el hip-hop al que le cuesta rebasar no ya el armario, sino las fronteras del público que se le presupone. El documental Pick up the mic, de 2006, mostraba una escena homohop en EE UU. Pero, paradójicamente, esos artistas gais suelen acabar actuando para gais. Y la mayoría de ellos exhiben rimas que explicitan su sexualidad y se refugian en la ironía. "Es un arma de doble filo, porque acaban alimentando esa idea de gueto", reflexiona Gassman. "Pero no creo que ni los gais que adoptan el disfraz de la ironía ni los raperos que enarbolan la homofobia se tomen sus letras tan en serio como les gusta aparentar. Yo he optado por mostrar un personaje gay completamente normal, que no encajaría ni en un lado ni en otro", finiquita.
Más información sobre la Mostra de Cine Gay Fire!! en www.lambdaweb.org/cinema
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 24 de junio de 2011