Soy votante de izquierdas desde hace 30 años y por supuesto que me duele que en Extremadura gobierne el PP, pero la pregunta es la siguiente: ¿Va a cambiar algo? No hace falta ser un lince para ver que los partidos políticos solo hacen examen de conciencia cuando pasan a la oposición. La prueba la estamos teniendo con el Ayuntamiento de Barcelona, gobernado por PSC e IC durante 32 años.
No vivo en Extremadura, pero me imagino que ningún partido serio tiene como vocación ser el palanganero o la sufrida muletilla de otro. Si encima este otro gasta la prepotencia exhibida por José Bono hace cuatro días, es de lo más lógico que el partido "minoritario" se plante. A diferencia de hace 16 años, aquí quien ha decidido son las bases, y todos sabemos, los indignados los primeros, que las bases siempre tienen la razón y que alguna vez nos vamos a tener que acabar creyendo que España es plural y que no todo se puede decidir desde Madrid.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 28 de junio de 2011