"Fue un mandato muy duro, pero más para los ciudadanos". Así despidió ayer Jordi Hereu su último pleno como alcalde de Barcelona, el último de 32 años de hegemonía socialista. El viernes traspasará la vara a Xavier Trias (CiU). Los discursos tópicos de los 12 concejales salientes no le restaron emotividad alpleno. Uno de ellos, Ramon García-Bragado, imputado en el caso del hotel del Palau, dijo que volverá cuando acabe ese "ignominioso asunto para hablar de las conclusiones".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 29 de junio de 2011