La división entre el movimiento 15 M en Barcelona llegó a su punto más crítico ayer. A pesar de que a principios del mes su Asamblea aprobó desalojar la plaza de Catalunya, un grupo decidió continuar con el campamento. El martes en la tarde, varios de los representantes de los acampados habían pactado con un emisario del Ayuntamiento levantar las tiendas antes de las 10.00 de ayer si se les facilitaba la instalación de un puesto de información. Sin embargo un grupo se desmarcó de la decisión, rechazó el módulo prefabricado que ofreció el Consistorio y se resiste a irse. Al cierre de esta edición continuaban en sus carpas.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 30 de junio de 2011