Mantas y colchones apilados, tiendas plegadas, y todo tipo de enseres domésticos guardados ya en cajas. Ayer, la Praza do Obradoiro era el enorme escenario de una mudanza colectiva, el desmantelamiento de una casa en la que expresaron su indignación durmiendo al raso durante 47 días más de 200 personas. Mañana terminarán de recoger y se lo llevarán todo, pero tendrán tiempo de celebrar una asamblea que no será la última. Su objetivo es juntarse en adelante los domingos frente a la catedral y celebrar sesiones informativas en los barrios. Ayer, se concentraron ante Raxoi durante la investidura de Conde Roa como alcalde.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 2 de julio de 2011