Olivier Messiaen es el compositor más colosal del siglo XX y su Cuarteto para el fin de los tiempos, un grito a la insignificancia del ser humano. Su liturgia musical es desgarrada e inabarcable, por eso nunca es despreciable la aparición del cuarteto en el programa de un concierto, aunque sea en la conferencia previa que ofrece el Teatro Real ante el inminente estreno de la ópera San Francisco de Asís. Será el martes a las 19.30 en la sala Gayarre del coliseo.
Messiaen compuso este cuarteto mientras estaba prisionero, durante la II Guerra Mundial, para los únicos cuatro instrumentos que había en presidio -él tocaba el piano-. Un cuarteto para descubrir los horrores de la historia, pero siempre dejando una rendija abierta a la esperanza.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 3 de julio de 2011