El PP sigue sin renunciar a proponer a Enrique López como su único candidato al Tribunal Constitucional, pese a que no reúne las condiciones debidas ni tiene el respaldo de una mayoría. Gracias a este empecinamiento, la renovación del TC sigue bloqueada.
¿Y Enrique López? ¿Impasible el ademán? ¿Por qué, por dignidad personal y profesional, no renuncia? Sabe perfectamente que su nombre va e irá indefectiblemente unido a la derecha más anticonstitucionalista, al partidismo, la parcialidad y la ilegitimidad, todo lo que un juez debería combatir. ¿No se llama prevaricación a eso? ¿No es todo este episodio un eslabón más del golpe de Estado blando que patrocina desde hace tiempo el PP? Enrique López, cuyo solo nombre está desestabilizando las instituciones y el Estado de derecho, ¿es consciente de que contribuye a violar el mandato constitucional? Los ciudadanos tenemos derecho a que alguna instancia judicial nos ampare contra magistrados que contribuyen a denigrar la judicatura, la obligada neutralidad de los jueces y nuestro marco jurídico.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 6 de julio de 2011