"Nos gustamos contra Portugal y a partir de entonces nos sentimos a gusto en el campo. Jugamos de una forma estupenda y rotunda contra Alemania, tanto que el seleccionador Joachim Löw nos felicitó después del partido, y afrontamos después la final contra Holanda con la seguridad de que el partido era nuestro y, por tanto, la final caería de nuestro lado. Habríamos jugado y ganado más partidos si hubiera sido necesario. Nos sentíamos protagonistas".
MÁS INFORMACIÓN
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 11 de julio de 2011