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CARTAS AL DIRECTOR

Palos de ciego

No encuentro a nadie que sepa decirme en qué quedó la crisis del pepino pero, pagarla, la pagamos nosotros. Justo lo mismo que pasa si uno pregunta los orígenes de la crisis; hay mil versiones y claro, sin saber el origen ¿cómo podemos saber la solución? Por lo visto toma ventaja la solución de repartir mandobles a los funcionarios, esos privilegiados; le sigue de cerca el despido libre de esos trabajadores que tienen la manía de cobrar a fin de mes y, ya muy lejos, estaría lo de acabar con los paraísos fiscales. De subir impuestos al capital ni hablar: ¿cómo van a perder los más adinerados poder adquisitivo? Alemania y su banca no han conseguido más que hundir a Grecia en tiempo récord aplicando las mismas recetas que nos quieren aplicar al resto de países: palos de ciego. Yo tengo otra solución: condonar la deuda y que pierdan los especuladores. O pierden ellos o perdemos nosotros.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 15 de julio de 2011