Jorge Lorenzo ya sonríe. Está más relajado. Sobre todo desde su última victoria en Mugello. "Ahora estamos más convencidos que antes de aquella carrera. Nuestra mentalidad ha cambiado", explicaba a su llegada al circuito alemán, uno de los pocos en los que nunca ha ganado. "Estoy más feliz y convencido de que podemos luchar por el título", afirmaba el jueves. Y Lorenzo se marcha de Alemania con la misma sensación, o incluso mejor. Cruzó la línea de meta dando cabezazos, como si hubiera sido él y no Pedrosa el ganador de la prueba.
"Este resultado sabe casi a victoria, es de esas carreras en las que es muy importante terminar por delante de tu rival en el campeonato". Y él lo hizo. Por segunda vez consecutiva venció a Stoner, líder del Mundial. Pareció empezar el campeonato cohibido por el poderío de las Honda en pretemporada. Estaba serio y de mal humor. Y pensaba que repetir la hazaña sería casi imposible. Su tesón en la pista y el trabajo de su equipo le han hecho cambiar de parecer: "Es alucinante. Si alguien me hubiera dicho entonces que, habiéndome caído en dos carreras y con esta moto, ahora estaría a solo 15 puntos del líder y con la ventaja que le saco al tercero no me lo hubiera creído. Ahora peleamos por la victoria".
"Estoy a 15 puntos del líder tras dos caídas y con esta moto... No me lo creo"
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Sin embargo, tozudo como es, sigue empeñado en que no tiene una moto superior ni que esté a la altura de las Honda. Por eso, dice, tiene que arriesgar muchísimo. "Tenemos que dar el máximo, hacer buenas salidas, liderar tantas vueltas como se pueda y tratar de no perder a los de delante para que no se escapen". Fue exactamente lo que hizo ayer. Y aunque advierte que la moto va mejor y él se encuentra más cómodo, debe rozar los límites en cada prueba. "Estoy pilotando mejor que el año pasado, seguro", concedió Lorenzo. El último adelantamiento le dio la razón: "Tenía mucho dolor en el antebrazo izquierdo y no conseguía mantener el ritmo, pero al final he conseguido encontrar las fuerzas, hice tan bien la bajada que intenté adelantar a Stoner: hice la última curva más rápida de mi vida", dijo.
Feliz estaba también Pedrosa, orgulloso y casi sorprendido por su triunfo: "Ha sido una carrera divertida. Volver a estar arriba es lo mejor que me podía pasar después de un momento tan difícil. Me operaron y me volvieron a operar, tengo el cuello destrozado, cada cinco minutos necesito un fisio a mi lado y ni siquiera puedo apretar mucho en los entrenamientos", explicaba. Fue, por supuesto, una carrera dura, aunque le ayudó que la inmensa mayoría de curvas fueran a la izquierda, renqueante como está de la clavícula derecha, la última que se operó. Liberado de toda presión, atacó cuando se sintió cómodo. Y ha empezado a ser juez y parte de este Mundial, que ve muy entretenido: "Jorge ha recuperado su confianza y el campeonato se ha puesto muy interesante. Espero no molestar mucho si me cuelo por en medio. Sin duda, si llegan así al final será muy emocionante: que gane el mejor", zanjó el catalán, que ahora, dice, solo se preocupa de divertirse sobre la moto y de ganar carreras.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 18 de julio de 2011