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CARTAS AL DIRECTOR

Mayores al volante

La propuesta de obtener una información detallada sobre el estado de salud de un conductor mayor de 65 años antes de la renovación de los carnés de conducir resulta poco menos que alarmante. El Estado se preocupa tanto de protegernos que no nos deja, o pretende no dejarnos, ni conducir. Pero es el mismo que quiere que trabajemos hasta los 70 años.

Claro está que entre estos últimos años el número de víctimas mortales en accidentes de tráfico mayores de 65 años ha superado por primera vez al de fallecidos de entre 18 y 24 años. Ahora busquemos la raíz del problema, que posiblemente no será consecuencia directa de la edad del conductor. Las consecuencias de la mala conducción las sufren los usuarios de la vía pública más vulnerables, sea como viandantes, como pasajeros o como conductores. Los mayores pueden tener más difícil remontar un problema médico, porque las lesiones de un accidente se pueden complicar con otras patologías. Pero eso no quiere decir que conductores con experiencia tengan que ser examinados al detalle para limitar su posibilidad de utilizar el coche. Resumiendo, me veo jubilado, sin pensión (no quedará) y sin coche, metido en casita.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 20 de julio de 2011