Se llama Jean-François Rauzier, es francés y se dedica básicamente a poner los lugares y a las gentes patas arriba y boca abajo con sus fotos imposibles, sus hiperfotos, como él las llama. El creador en 2002 de la técnica hiperfotográfica expone a partir del viernes en el Museo Diocesano de Barcelona sus mundos oníricos y sus viajes a ninguna parte. Aquí, el Palau de la Música de la Ciudad Condal como nunca lo habíamos visto, fotografiado por este heredero de Escher y de Borges.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 20 de julio de 2011