La Guardia Urbana patrullará en las estaciones y los convoyes del metro de Barcelona para impedir la actuación de los carteristas. El alcalde, Xavier Trias, y el consejero de Interior, Felip Puig, informaron ayer de la decisión tras la reunión de la Junta Local de Seguridad.
Los urbanos reforzarán la presencia de los Mossos d'Esquadra en el subterráneo y patrullarán juntos en el marco de la Operación Xarxa, que incluirá vigilancia constante en los seis intercambiadores más importantes (Sants, Catalunya, Passeig de Gràcia, Diagonal, Sagrega y Espanya). No se especificó, sin embargo, el número de agentes que participarán en el dispositivo ni el tiempo de duración del este.
Es la primera vez que la Guardia Urbana baja al suburbano, un terreno hasta ahora reservado a los Mossos, que trabajaban únicamente de paisano. En la red de transportes, los delitos han aumentado el 3%, con 13.486 denuncias. Trias reconoció ayer que la situación en la ciudad "es estable" (los delitos en general se han reducido un 3,4 %), pero aclaró que no por eso están "contentos". La encuesta de victimización muestra que uno de cada cuatro barceloneses afirma haber sido víctima de un delito, según explicó. Él mismo ayudó a acrecentar en campaña esta percepción negativa cuando se refirió a Barcelona como "la capital de la prostitución, las mafias y el botellón".
Precisamente para mejorar la percepción de seguridad, Trias y Puig acordaron que los agentes patrullen también uniformados. La semana pasada bajaron al metro los primeros mossos vestidos de azul y rojo. Puig también explicó que se desarrollará un dispositivo similar para las fiestas mayores del verano en el litoral y los ejes comerciales, algo que ya se hacía en la era Hereu. La oposición en el Consistorio ironizó sobre el hecho de que cuando CiU estaba en la oposición siempre desestimó la labor de la Junta de Seguridad.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 23 de julio de 2011