El PSOE de Villanueva del Pardillo va a tramitar esta semana la expulsión de dos de sus cinco concejales, Verónica García y Enrique Sánchez Rubio, a quienes acusa de haber negociado en secreto con el Partido Popular (PP) un aumento de sueldo. La ausencia en un pleno de estos dos políticos facilitó que se aprobase un aumento en la nómina de un 18% para el equipo de Gobierno y del 30% para los ediles de la oposición.
La versión de los hechos que se conoce hasta ahora es la facilitada por el portavoz socialista, Eduardo Fernández. El alcalde del PP, Juan González Miramón, en el cargo desde 1991 y denunciado en varias ocasiones por sus prácticas urbanísticas (llegó a ser inhabilitado en 1997), había intentado sacar adelante el aumento de los sueldos, pero no tiene mayoría absoluta y chocó con los votos en contra de la oposición.
El alcalde popular había chocado hasta ahora con la negativa de la oposición
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Esta vez, sin embargo, el concejal popular David Amarilla amarró la votación al acordar con la socialista Verónica García su apoyo, o por lo menos su abstención, siempre según la versión de Fernández. El PP pensaba, o le interesaba pensar, que García hablaba en nombre de su partido, cuando la realidad es que a este le habían prohibido expresamente negociar cualquier tipo de acuerdo con el Gobierno municipal. El caso es que, llegado el día de la votación, los dos ediles no se presentaron en su lugar de trabajo con excusas muy vagas.
El gran beneficiado con lo que ha ocurrido es el alcalde. Consigue lo que quería, ganar más dinero, y lo hace sin sufrir desgaste alguno. Es más, logra fragmentar a una oposición que de estar unida sumaría más apoyos que él (tiene ocho concejales, frente a los nueve de la oposición). En la práctica, González Miramón logra así la mayoría absoluta que no había conseguido en las urnas. Con la subida de sueldo, el alcalde ganará 59.732 euros; su primer teniente de alcalde superará los 40.000 euros; y los ediles de la oposición se embolsarán 19.400 euros.
Eduardo Fernández, el portavoz del PSOE, luchó con todas sus fuerzas para aglutinar a todos los partidos de la oposición y desbancar a González Miramón tras las elecciones. No lo consiguió ante la negativa de UPyD a pactar con nadie y su empecinamiento en dejar gobernar a la lista más votada, sin tener en cuenta otros factores. Fernández llegó a presentarse en el Congreso con una carpeta bajo el brazo donde denunciaba desmanes del alcalde para intentar convencer a Rosa Díez, líder de UPyD.
No pudo convencerla, pero se quedó con la sensación de que el PP podía ser derrotado. Lo que no sabía entonces es que estaban a punto de traicionarle dentro de su propio partido, a él o a los principios de la formación. Ahora, resignado, concluye: "Donaré el aumento de sueldo a una ONG".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 25 de julio de 2011