Hay noticias importantes y noticias que, aún si sus consecuencias inmediatas son limitadas, se pueden calificar de emblemáticas. Tal es la noticia que Google jubila una de sus iniciativas más innovadoras: Google Labs (Adiós a Google Labs, CiberP@ís, 21/7/2011). Google, como dice el artículo, se hace un poco más serio.
Qué tristeza. Yo estuve allí en los comienzos del web, hace unos 20 años. El web todo era menos serio. Era un espacio de juego, de experimentación, en que cada uno de nosotros montaba su servidor Apache y lo llevaba al límite de lo que podía hacer. Fueron esta naturaleza juguetona, esta falta de seriedad, esta abertura a todo tipo de locura, las que hicieron de Internet un éxito mundial, muy por encima de los serios Compuserve y AOL.
En los últimos 10 años, el web se ha hecho más y más serio. Ya no está al servicio de sus usuarios, sino de las empresas de Venture capital de la Silicon Valley y de los inversores de Wall Street. Con Internet ya no se juega: hay intereses económicos en el medio, y con el dinero no se hacen bromas. Nadie, parece, se está preguntando cuánta parte de la creatividad de la Red morirá al convertirse seria.
Dado el mundo en que vivimos, quizás era inevitable que Internet se hiciera seria, que nos diéramos cuenta de que Google (que, de alguna manera, es su símbolo) es una empresa más en el mecanismo del capitalismo internacional. Quizás era inevitable. Pero qué triste.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 25 de julio de 2011