El sargento de la Guardia Civil que el martes asesinó por celos a su exnovio en Madrid, murió ayer en el hospital Gregorio Marañón, tal y como confirmó el centro médico. Ángel Luis de la Torre se había disparado en la cabeza tras abatir con seis tiros a Marcos Hernández, el socorrista de un gimnasio del centro. El crimen se produjo en los vestuarios de su lugar de trabajo, donde el agente acudió a ejercitarse.
De la Torre, de 45 años, era miembro del servicio de material móvil del instituto armado. Los miembros de esta unidad no conocen por seguridad los traslados que realizarán hasta pocas horas antes. El sargento llamó el día del asesinato a la unidad para saber si tenía que realizar algún traslado de presos o de material. Le dijeron que no, que tenía el día libre. Él explicó que pasaría la jornada en el gimnasio. Se llevó sus dos armas, un revólver y la reglamentaria del cuerpo. Horas después, acabó con Marcos, de 28 años, quien ahora salía con otro chico y que según quienes le conocían pasaba por un momento muy bueno de su vida.
El cuerpo de Hernández, también trabajador de una discoteca del centro de la ciudad los fines de semana, fue velado ayer en el tanatorio sur de Madrid por una multitud de amigos y familiares.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 28 de julio de 2011