Estados Unidos acusa a Irán de ser "un punto de tránsito clave en la financiación de las actividades de Al Qaeda en Afganistán y Pakistán". En la última adición a la lista de personas sancionadas por su vinculación con el terrorismo internacional, el Departamento del Tesoro incluyó el jueves a seis individuos cuyo cabecilla, Ezedin Abdelaziz Khalil, sitúa en Irán y "operando en el marco de un acuerdo entre Al Qaeda y el Gobierno iraní".
La alegación no es nueva. La posibilidad de una conexión entre Al Qaeda e Irán se viene debatiendo desde los atentados del 11-S y ha sido rechazada con firmeza por Teherán. Ideológicamente resulta paradójica ya que el régimen iraní sigue la rama chií del islam que Al Qaeda ha denunciado como herética y su franquicia iraquí ha matado con frecuencia a chiíes. Sin embargo, algunos analistas ven factible una cooperación puntual para minar la presencia de EE UU en la región y apuntan a varios puntos oscuros, como que Irán haya mantenido en su territorio a varios familiares y lugartenientes de Osama Bin Laden a los que detuvo cuando huían de los bombardeos estadounidenses en Afganistán en 2001.
Ahora, el comunicado del Departamento del Tesoro de EE UU asegura que "las autoridades iraníes han permitido a Khalil operar dentro de su territorio desde 2005", fecha que coincide con la llegada a la presidencia de Mahmud Ahmadineyad. Khalil, también conocido como Yasin al Suri y a quien el Tesoro califica de "representante de Al Qaeda en Irán", sería responsable de "trasladar dinero y voluntarios desde Oriente Próximo a Irán y desde allí a Pakistán". Según la misma fuente, hace que cada uno de los reclutados que cruza Irán entregue 10.000 dólares a los dirigentes de la organización al llegar a su destino.
Además, y siempre según el Tesoro, Khalil también se ocuparía de negociar con Irán la liberación de los militantes de Al Qaeda encarcelados en ese país. Una vez en sus manos, él organiza su traslado a Pakistán.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 30 de julio de 2011