Ahora que los hinojos están bien espigados, o con flor y a punto de hacerlo, lo que haría sería cortar una caña de hinojo, que esta hueca en su interior, y como si fuera una pajita de las que ahora fabrican de plástico, la introduciría en un agua helada, y sorbería desde esta pajita artesanal y silvestre que nos hemos fabricado en el mismo monte o ladera. Agua al hinojo...
Me encantan las infusiones. Estas las haría siempre de hierbas silvestres o de cultivos biológicos, pero siempre con productos frescos, recién cogidos en el campo o en el monte...
Las infusiones deben tomarse ahora, en el verano, siempre en frío, aunque previamente hubiésemos de prepararlas en caliente. Luego, con una tetera en la nevera, o incluso en un botijo, intentaremos saciar nuestra sed con agua perfumada de aromas refrescantes desde el tomillo al orégano, la menta, el hinojo, el romero, la albahaca, la salvia... Si se desea, esta infusión fría se puede tunear con unas gotas de ginebra, o vodka, tal vez con anís, o con algún licor específico y concreto que vaya bien con la hierba inficionada. Siempre debemos añadir el alcohol en frío. quiquedacosta@quiquedacosta.es
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 1 de agosto de 2011