Las chapuzas que están apareciendo en la CAM, tales como créditos blandos, sueldos fantasma y otros, son escandalosas, pero no son la causa de su quiebra, solo demuestran que la caja estaba dirigida por una "pandilla de amiguetes".
El costo de la tan renombrada inversión en Terra Mítica es una gota de agua y los préstamos a la Generalitat y sus empresas de momento no han costado un euro. La quiebra de la CAM se produce por sus inversiones en Martinsa (Madrid), El Pocero (Castilla-La Mancha), Polaris (Murcia), Sacresa (Cataluña), Crédito Inmobiliario (México) y algunos más, pero en todos ellos no se ve la mano de la Generalitat.
Yo pienso que la quiebra de la CAM se debe a que unos cuantos quisieron jugar a ser banqueros y no estaban preparados. Lo que nadie se explica es cómo es posible que estos aprendices tuvieran en sus manos más de 70.000 millones de euros.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 1 de agosto de 2011