Monstruos del agua, así titulaba EL PAÍS su crónica sobre la espléndida carrera de 200 metros estilos celebrada en los mundiales de natación de Shanghái. Una carrera que ha sido portada de casi todos los medios de comunicación. Probablemente era la prueba más esperada. El mejor nadador de todos los tiempos se enfrentaba al que ha venido a poner en jaque su reinado: Phelps contra Lochte en la prueba que mejor simboliza su rivalidad, los 200 metros estilos. El resultado de la competición supera las mejores expectativas, la carrera es espectacular, difícilmente mejorable y acaba sucediendo algo que parecía que iba a tardar mucho tiempo en suceder: se bate un récord del mundo sin la ayuda del bañador "mágico". Pues bien, muchos aficionados al deporte y a la natación no pudieron ver en directo la tan loada carrera. Los mundiales de natación están siendo retransmitidos por el canal de deportes de TVE y mientras que Phelps y Lochte protagonizaban una carrera para la historia del deporte, nuestra televisión pública nos estaba deleitando con la retransmisión de un partido de waterpolo entre Hungría y Serbia. Increíble pero cierto.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 1 de agosto de 2011