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EL APERITIVO DE

Espumosos: el aperitivo perfecto

Los vinos espumosos, en especial el champagne y el cava, son el componente imprescindible para un aperitivo adecuado en cualquier circunstancia que la vida nos depare. Según Napoleón, el champagne te lo mereces para celebrar las victorias y lo necesitas para llevar dignamente las derrotas. Todo patrón de comportamiento institucionalizado es cultura y no disfrutar de un aperitivo antes de las comidas nos ha transformado en personas que nos organizamos bien el tiempo para poder ser más eficaces en nuestro trabajo, pero también en ciudadanos menos cultos. El deleite de un excelente cava o champagne comienza al observar cómo las burbujas suben hacia la parte superior de la copa, haciéndose más grandes y con creciente velocidad hasta romperse en la superficie. Después, observas los diferentes tonos de color y por último, cuando lo bebes, se notan todo tipo de matices. El abate Dom Perignon lo resumió claramente cuando probó el champagne por primera vez: venid deprisa, dijo a sus compañeros, acabo de probar las estrellas. Los vinos espumosos también pueden ser utilizados para hacer espléndidos cócteles, como detalla muy bien Colin Peter Field en su libro The cocktails of the Ritz-Paris. Entre los combinados recogidos en el libro les recomiendo el Benderitter, creado en 1995 por el autor del libro. Se trata de una mezcla de champagne con esencias de jengibre y con una ligera cortada de piel de kumquat, que es un tipo naranja china. Nuestras naranjas, sin embargo, siempre serán una mejor opción. ¡A disfrutar!

Juan Viña es catedrático de Bioquímica y director de la Fundación del Hospital Clínico.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 3 de agosto de 2011