Después del anuncio del presidente se confirman los peores augurios: cuatro meses de campaña electoral a cara de perro. No hay cuerpo humano que lo soporte, ni sociedad organizada que lo merezca.
Bronca permanente, desacuerdos y desatinos multiplicados por dos. Pónganse las pilas y empiecen a trabajar por el bien común (res publica). Si no ¿qué dirán los mercados? ¿Y los banqueros patrios? ¿Y la patronal? ¿Qué hará ETA? Haremos lo que diga el poder soberano expresado en las urnas. Pero ¿quién acudirá a las urnas?
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 4 de agosto de 2011