Las apacibles tardes de agosto de la costa catalana se rompen cada día cuando centenares de manteros acuden a las zonas más turísticas a ofrecer sus productos ilegales. Los principales focos de venta ilegal ambulante se concentran en la Costa Daurada, en especial en El Vendrell, Calafell, Cambrils y Salou, y en Girona, en las localidades de Roses y Castelló d'Empúries. La policía estrecha el cerco en torno a los manteros, ejerciendo más presión y tratando de impedir que vendan.
A diferencia del año pasado, El Vendrell no ha habilitado una zona especial para los manteros y su presencia ha caído por las actuaciones policiales: los agentes calculan que de 400 vendedores han pasado a 25 y ya llevan decomisados en lo que va de verano 5.000 productos ilegales. En Roses, los manteros han disminuido, de 300 a 150, en un año, según las Administraciones. Estas y la Confederación de Comercio de Cataluña se han unido en la campaña Estirem la manta, con el reparto de 200.000 folletos en siete idiomas en Barcelona, Tarragona y Girona. La presión policial también ha originado algunos incidentes entre agentes y manteros, que se resisten a que sus productos sean decomisados.
En Barcelona, en julio, primer mes del dispositivo especial contra la venta ambulante, se presentaron 3.462 denuncias y se precticaron 39 detenciones en la lucha contra el top manta, según informó el Ayuntamiento.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 7 de agosto de 2011