Durante años muchos gestores públicos, alcaldes, concejales, diputados, consejeros, presidentes, etcétera, han estado despilfarrando el dinero que tenían y el que no tenían también. Han hipotecado nuestros Ayuntamientos, Diputaciones, Comunidades autónomas..., por años y años venideros. En una empresa, un mal gestor como mínimo pierde su negocio y se arruina. En una Administración pública, un mal gestor como mucho pierde el cargo y vuelve a su puesto de trabajo o a cobrar tranquilamente el paro.
En cualquier profesión una mala praxis tiene consecuencias. ¿Qué consecuencias tiene la mala praxis de un gobernante?
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 10 de agosto de 2011