La compañía energética alemana E.ON, la primera del país en ese sector, estudia suprimir unos 11.000 puestos de trabajo en todo el mundo, según explicaron ayer fuentes de la empresa. Se confirmaban así las informaciones difundidas por los medios de comunicación. La empresa perdió ayer en Bolsa un 11% tras anunciar una caída en los resultados del 82,3% en el semestre (ganó 691 millones).
Los planes de la empresa se concretarán en las próximas semanas, añadieron esas fuentes de E.ON, cuya plantilla está integrada actualmente por 85.000 personas.
El pasado fin de semana, el diario Süddeutsche Zeitung avanzó que la compañía planeaba despedir a unos 10.000 empleados en todo el mundo, a raíz del apagón nuclear recién aprobado por Berlín tras la catástrofe en la central nuclear japonesa de Fukushima.
La plantilla de E.ON se reparte entre Alemania y otros 11 países de Europa -entre ellos España, donde controla la antigua Viesgo-, así como de América del Norte y Rusia. El pasado junio el Bundestag (cámara baja del Parlamento) aprobó el apagón nuclear acelerado por el Gobierno de Angela Merkel a raíz de la catástrofe nuclear registrada tras el gran terremoto que golpeó Japón en marzo.
Los planes del Ejecutivo alemán implicarán el cierre de los 17 reactores atómicos de Alemania en los próximos 10 años y la apuesta por las energías renovables. E.ON, con base en la ciudad de Düsseldorf, gestiona cinco de esas plantas nucleares sin socios y otras seis en régimen compartido con otros consorcios energéticos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 11 de agosto de 2011