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EL APERITIVO DE | Alex Debón

La coca 'malhecha', la merengada y entre tanto la olla

Adoraba los veranos de mi infancia. Mis padres nos llevaban a todos mis hermanos y a mi a Altura, en el Alto Palancia (Castellón) a pasar el calor con mis abuelos y mi tía Ángeles. De Altura me decanto por la visita al Santuario de Cueva Santa, el bañito en la piscina Municipal, el salir a la fresca a la plaza del pueblo con los amigos... Pero sobre todo eso, lo que más me gustaba y me gusta, es salir por la mañana temprano al horno del pueblo y comprar una porción de coca malhecha. Luego, con el mediodía, tener en la mesa un plato de olla de los que hacían mi abuela o mi tía; que me tendréis que disculpar cuando os digo que era "para chuparse los dedos". Y como no, para un hombre goloso como yo, lo que más visitaba (y de hecho, en cuanto tengo la ocasión no dudo en visitar) es la heladería del pueblo para tomar un buen helado casero de leche merengada.

Muchas veces, sobre todo en estos días de verano de 38 grados, llego a casa tras un día de duro trabajo, y no os podéis ni imaginar lo mucho que echo de menos mi infancia en Altura. Allí hace calor pero por la noche dormíamos con una "mantita". Aquí, en la Vall d'Uixó, este lujo solo lo tenemos si encendemos el aire acondicionado.

Desde luego, recomiendo a todo aquel que tenga la oportunidad y sea igual de "glotón" que yo, que pase un día por Altura, que deguste los buenos dulces caseros que ya os he nombrado anteriormente y que le eche dos horas al aperitivo y a la coca malhecha.

Alex Debón es piloto de motociclismo.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 13 de agosto de 2011