No sé si es cierto que nuestros pisos valgan menos hoy que ayer. Para pagar impuestos bien que valen, ya se trate del IBI o de cumplir con revisiones al alza a efectos del impuesto de transmisiones y AJD. Es un hecho contrastado que nuestras viviendas nunca valieron lo que pagamos por ellas, como no dejan de recordarnos las instituciones públicas. Y es otro hecho más contrastado todavía que hoy, lejos de revalorizarse, valen un buen pico menos.
En fin, que nos encontramos con que nuestras preciosas adquisiciones ven menguado su valor en el mercado inmobiliario, pero ello no impide que sigan cotizando de manera creciente para tributar. Como resulta impensable, y parece que imposible, que nos devuelvan lo pagado de más, uno, en su humildad, se conformaría con que dejaran de exprimirle por aquellos tributos por los que ya pagó más de lo que realmente debía conforme al verdadero valor de lo transmitido.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 13 de agosto de 2011