Escucho al presidente de las Asociaciones de Academias de Estudios decir que ha descendido considerablemente el número de alumnos que este verano han acudido a las academias, entendiéndose este descenso como resultado de la crisis económica.
No concibo la necesidad de acudir a estas clases particulares, si estuviera bien planteada la atención de todos los alumnos en el tiempo lectivo y realmente hubiera un plan de apoyo y una evaluación continua en los centros educativos. Estas cosas rechinan cuando reivindicamos nuestros derechos a una educación gratuita, pero luego nuestros hijos, si quieren llegar al éxito escolar, tienen que acudir a academias o a profesores particulares. ¿Qué va a ser de todo este alumnado cuyos padres ya no pueden hacer frente a este gasto? ¿Qué solución se le va a dar al repentino incremento de alumnos que no conseguirán aprobar.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 14 de agosto de 2011