La elección de candidato a gobernador de Buenos Aires, la provincia más rica y grande de Argentina, que representa casi el 38% del total del censo electoral, es un caso clásico de la feroz batalla interna del peronismo, no solo entre los distintos partidos y grupos que se declaran herederos del general, sino, incluso, dentro de cada uno de ellos. El candidato oficialista, Daniel Scioli, de 54 años, exvicepresidente durante el mandato de Néstor Kirchner y actual gobernador, es el jefe del Partido Justicialista, al que pertenece Cristina Fernández de Kirchner (CFK). Los dos acuden a las elecciones, las primarias y las de octubre, dentro de la misma coalición, Frente para la Victoria, y de la misma papeleta, pero los dos representan cosas muy distintas dentro del peronismo y los dos mantienen una batalla soterrada por ver cuántos votos obtienen en la provincia, uno como candidato a gobernador y otra, como candidata presidencial.
Los kirchneristas, que no ocultan su desdén por Scioli, demasiado conservador para su gusto, han ideado diferentes sistemas para añadir votos a la candidatura de CFK. Scioli, por su parte, no ha ocultado su apoyo a intendentes y gobernadores de sectores progresivamente alejados de la Casa Rosada. Los dos se necesitan en estos momentos, pero es patente su desconfianza mutua y, pasadas las elecciones de octubre, cuando comience la batalla por el control del justicialismo, los kirchneristas y los partidarios de Scioli estarán seguramente en bancas diferentes.
Partido fragmentado
El peronismo siempre ha albergado a sectores más conservadores y más izquierdistas y el enfrentamiento y la lucha por el poder entre ambos llegó históricamente a provocar auténticas batallas, incluso con muertos, como sucedió durante el regreso de Juan Domingo Perón, en 1973. En la actualidad, el peronismo está fragmentado, al igual que la mayoría de los partidos más clásicos argentinos, muy debilitados como consecuencia de la crisis de 2001.
De hecho, en estas primarias ha habido tres candidatos presidenciales peronistas: la propia Cristina Fernández, Eduardo Duhalde, de 69 años, expresidente, y Alberto Rodríguez Saá, de 61 años, gobernador de San Luis. Incluso dentro del Partido Justicialista existen distintas tendencias, como la representada por Scioli y la que encarna el movimiento juvenil La Cámpora, que se identifica como peronismo de izquierda e invoca la memoria de los años setenta.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 15 de agosto de 2011