El tribunal de apelación de Agen, en el sur de Francia, denegó ayer la entrega a España del militante histórico de ETA y dirigente de la organización durante los años noventa Daniel Derguy. Éste, de nacionalidad francesa, está reclamado por la Audiencia Nacional por enviar un paquete bomba al empresario Juan Antonio Arruabarrena que se había negado a ceder a la extorsión de la banda. Los magistrados franceses basan su decisión en que el delito se cometió "en parte" en Francia.
El artefacto, que fue desactivado por la Ertzaintza, hubiera provocado la muerte de quien lo abriera, según fuentes del tribunal. El paquete explosivo llevaba matasellos de Francia. Los investigadores descubrieron en los últimos meses dos huellas en él, una de Garikoitz Aspiazu, Txeroki, y otra de Derguy, por lo que el juez Fernando Andreu decidió cursar una Orden Europea de Detención contra este último. El arresto, finalmente, se produjo el 7 de julio en Cahors (Francia), pero ahora se deniega su entrega.
La decisión generó malestar en la Audiencia ya que supondrá la impunidad del intento de asesinato, al estar prescrito en Francia, según fuentes del tribunal español. Los jueces franceses, hasta el momento, no han pedido la documentación del procedimiento español para abrir otro en ese país, según esas mismas fuentes, que aseguran que el envío del paquete -la "parte" del delito que Francia considera cometida en su territorio- es en realidad un acto preparatorio. El delito, dicen se iba a consumar en España.
Derguy llegó a ser responsable del aparato logístico de ETA en los noventa junto a Julián Atxurra. El etarra, que fue captado para la banda por Henri Parot, fue condenado a 12 años de cárcel en Francia por sus actividades en la organización.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 18 de agosto de 2011