"Que resurja el arte que tenemos dentro del cuerpo". Las palabras de la actriz Mariví Bilbao sonaron ayer a conjuro en la inauguración del Pabellón nº 6, el espacio para las artes escénicas que un grupo de profesionales impulsan al abrigo de una nave industrial en Zorrozaurre, la península abrazada por la Ría de Bilbao en la que se planea la nueva expansión de la ciudad (Ribera de Deusto, 47). Mariví Bilbao recibió de sus compañeros el encargo de cortar la cinta de la apertura simbólica de Pabellón nº 6, que empezará a recibir al público en la Aste Nagusia.
La obra Cantando bajo las balas, protagonizada por el actor Adolfo Fernández, será la primera en ocupar el nuevo escenario. En clave cómica y musical cuenta la historia del primer acto oficial del régimen franquista por boca del general José Millán Astray. Cantando bajo las balas estarán en cartel del 23 al 28 de agosto (20.30 horas). Antes de cada representación se ofrecerá un aperitivo de danza contemporánea a cargo de las bailarinas y coreógrafas Matxalen Bilbao y Blanca Arrieta. La velada teatral seguirá en las noches de Aste Nagusia con las sesiones golfas, con cinco espectáculos diferentes, a partir de las 23 horas.
El nuevo espacio para las artes escénicas está impulsado por 13 profesionales
El escenario se situa en una nave industrial de Zorrozaurre
Pabellón nº 6 toma el nombre prestado de una obra de Chejov y el espacio que ocupa, con capacidad para unos 300 espectadores, de una nave fuera de uso desde hace años en Zorrozaurre. El nuevo teatro no ha borrado el aspecto que delata su origen industrial, no oculta las vigas ni los focos, no ha cubierto el piso y cierra el paso con una puerta más propia de un garaje. Pabellón nº 6 se ha unido al proyecto Zorrotzaurre Art Working Progress (ZWAP), una iniciativa que desde hace años actúa como foco de innovación y atrae a creadores de distintas disciplinas al corazón de Zorrozaurre.
El nuevo espacio para el teatro y la danza ha sido impulsado por un grupo de 13 profesionales. Entre ellos están actores Ramón Barea, Irene Bau y Patxo Tellería, las bailarinas Matxalen Bilbao y Blanca Arrieta, y el pintor y escenógrafo José Ibarrola. El núcleo que forman se está reforzando con el apoyo de socios-fundadores que, con una aportación mínima de 150 euros, compran, de forma simbólica, una butaca del Pabellón nº 6. Por el momento, cerca de 200 personas han mostrado su interés en entrar a formar parte de un proyecto que aspira a revitalizar el ambiente teatral.
Barea defiende el carácter de Pabellón nº 6, a contracorriente de la moda de los nuevos equipamientos de Bilbao. "Es una opción sin pedigrí, sin arquitecto ilustre. Tenemos cuatro paredes, un techo, toma de luz y la llave para abrir y cerrar". El resto, el talento y el trabajo, añadió, "lo ponemos nosotros". Pocos medios, pero no cutre, puntualizó Ibarrola. La entrada será acondicionada para quitar los baches y en invierno habrá calefacción.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 20 de agosto de 2011