Las fiestas de bous al carrer de La Pobla de Farnals de este fin de semana dejaron un menor corneado y dos toros muertos. Hace solo 10 días, el célebre toro Ratón hería mortalmente a un joven en los festejos de Xàtiva. La polémica en torno a la seguridad de esta práctica volvía de nuevo a primera plana como cada verano: ¿Se cumplen las medidas de seguridad que impone la Generalitat? ¿Son suficientes? Ante la presión mediática, Serafín Castellano, consejero de Gobernación, informaba incluso de que había pedido informes a los ganaderos para tratar de determinar el grado de peligro que ofrecen unos y otros morlacos.
El debate se apagaba con los días y llegaron las fiestas de la Pobla con nuevos matices. El reglamento autonómico impide que los menores de 16 años participen de la fiesta, pero un adolescente acabó herido de asta. Además, dos reses fallecieron durante los festejos, lo que desató los rumores sobre maltrato animal.
Gobernación anunció ayer que investigará los hechos. El consejero Castellano recordó que la normativa es "clara" y "contundente" sobre la prohibición de que los menores participen en los bous al carrer y del castigo físico a los animales. "La ley es muy exigente" en este asunto, insistió. La semana pasada, el titular de Gobernación resumía el debate en una sola frase: "Siempre ha habido toros que han matado personas".
Así, la polémica baila ahora en torno a varios conceptos. La muerte del joven de 29 años en Xàtiva supuso una reflexión sobre cómo evitar que festeros ebrios salten al ruedo a recortar astados, ¿puede hacer algo la Generalitat? Los sucesos de la Pobla invitan a preguntarse si alguien puede controlar la edad de los participantes de los festejos y la integridad física de los animales. Gobernación, mientras tanto, investiga.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 23 de agosto de 2011