El sindicato nacionalista ELA se sumó ayer al debate sobre la reforma fiscal que quiere impulsar el lehendakari, Patxi López, tras el verano, con una propuesta para "dar marcha atrás en todos los regalos hechos a los más ricos", es decir, volver a tributar por el Impuesto de Patrimonio y, en el de Sociedades, acabar con numerosas deducciones y premios a los beneficios empresariales que lo han dejado con la presión más baja de toda España.
El secretario general de la central mayoritaria, Adolfo Muñoz, afirmó que la salida a la crisis debe basarse en una política que distribuya la riqueza de forma "mucho más justa" y en un "cambio radical" de las políticas públicas. En ese sentido, abogó por una reducción de jornada, y dar un mayor poder adquisitivo para los salarios.
Para Muñoz, los Gobiernos "se han puesto al servicio de lo que pide una minoría poderosa y han abandonado su función de actuar a favor de la mayoría de la población". En su opinión, ello supone un "enorme fraude antidemocrático", cuya corrección exige "profundizar en la democracia", a la vez que dar un "cambio radical" de las políticas públicas. En ese momento explicó que la participación de las rentas de trabajo en la riqueza ha descendido siete puntos, lo que, a su entender, es "inaceptable" cuando cada vez hay "más trabajadores con problemas para llegar a fin de mes".
El secretario general de ELA parafraseó a la tercera fortuna del mundo, Warren Buffet, y recordó sus palabras: "Él habla de la necesidad de que los ricos como él paguen más impuestos, porque mientras sus trabajadores pagan el 36% de impuestos, él solo paga el 16%".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 23 de agosto de 2011