Se dice que el nacimiento del movimiento de protesta del 15-M se explica como reacción social a la crisis y sus consecuencias: subsidios de paro agotados, deudas impagables, miseria y hambre en los hogares más desafortunados.
Sin ser falsa esta interpretación es incompleta y deja sin explicación los rasgos diferenciales que hacen del 15-M un movimiento singular y novedoso que ha sorprendido a los observadores dentro y fuera de España.
Sin duda el 15-M no es únicamente un conglomerado de reivindicaciones y frustraciones individualistas. Así lo demuestra la contención de la agresividad violenta y el nivel de imaginación y creatividad en los eslóganes y pintadas del 15-M.
De no haber sido así ¿cómo se puede explicar la simpatía que los quincemayistas han despertado en buena parte de la sociedad intelectual y burguesa española?
Lo que captamos en esos eslóganes resuena más a verdad y a disconformidad humana y solidaria que a pataleta destructiva. Algunos de ellos celebran la indignación con sentido del humor (¡más abrazos y menos porrazos!) lo que los distingue claramente de esos otros indignados virtuosos que hablan desde las alturas del dogma único, como hacen Rouco y sus seguidores.
No le faltó inteligencia a Rubalcaba cuando salió al paso de las manifestaciones del 15-M con una frase rotunda y evidente:
"¡No escucharles es de necios!".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 24 de agosto de 2011