Selecciona Edición
Selecciona Edición
Tamaño letra
CARTAS AL DIRECTOR

Todos iguales, ¡ojalá!

Soy una persona con diversidad funcional (discapacidad), el destino o el azar quiso que el hombre de mi vida también lo sea. Hace unos meses al coger un autobús, en una de las plazas reservadas para viajeros en silla de ruedas iba un bebé en un carrito. Mi novio se dirigió a la madre y le dijo que ese sitio lo debía ocupar él. Pero la señora, alzando la voz, dijo que no quitaba al bebé del sitio, que qué nos habíamos creído; que qué privilegios eran esos, por el hecho de ir en silla de ruedas; que allí éramos todos iguales... Mi novio tenía la intención de discutir con ella, pero yo al oído le dije que con gente como esa no merecía la pena armar jaleo.

Ojalá existiese esa sociedad en la que todos fuésemos iguales, en la que todo estuviese pensado para todos, una sociedad construida para las distintas formas de funcionar de sus ciudadanos. Por eso el próximo 10 de septiembre, voy a ir a Madrid, a la V Marcha por la visibilidad de las personas con diversidad funcional, para sensibilizar a nuestros políticos, gobernantes y ciudadanía en general, y hacerles ver que existimos, que tienen que construir un mundo en el que quepamos todos. ¡Derechos humanos, ya!

* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 29 de agosto de 2011