La reforma de la Constitución
Alfredo Pérez Rubalcaba vivió ayer una complicada jornada para tratar de convencer a todos los dirigentes relevantes de su partido de que el Gobierno no tenía otra salida, para evitar la presión de los mercados, que pactar con el PP una reforma constitucional que fijase la estabilidad presupuestaria cuya tramitación se vota hoy en el Congreso.
El desenlace fue el esperado. La ejecutiva del Partit dels Socialistes (PSC) aprobó ayer secundar la reforma de la Constitución tras un intenso debate de cuatro horas en el que le llovieron las críticas al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, por el fondo y la forma en que ha planteado modificar la Carta Magna.
Los sindicatos mayoritarios, CC OO y UGT, junto a diversas organizaciones sociales, han convocado movilizaciones contra la reforma de la Constitución para incluir el tope de déficit público y para pedir un referéndum sobre el asunto, que culminarán en una gran marcha el martes 6 de septiembre en Madrid (a las siete de la tarde, entre Cibeles y Sol), a la que ya se ha sumado IU.
El Partido Popular ha convertido su rechazo a cualquier tipo de subida de impuestos en un asunto central de su discurso político. Tanto, que ayer Dolores de Cospedal, la secretaria general del partido y presidenta de Castilla-La Mancha, rechazó incluso un nuevo impuesto para las grandes fortunas, que sí están promoviendo en Europa otros miembros de su familia política, como el francés Nicolás Sarkozy.
El programa electoral del PP está a punto de ver la luz. Fuentes de este partido señalan que no contendrá ninguna medida impopular muy clara. Sin embargo, Mariano Rajoy ha elegido otro formato, el de su biografía, que sale a la venta la próxima semana, para apuntar el que será uno de los ejes de sus primeras reformas si llega a La Moncloa.
En ocasiones, a Dolores de Cospedal le gusta dejar caer con cierto aire de misterio la posibilidad de que su partido tome una decisión impactante. Muchas veces esta no se produce. Ayer fue uno de esos días.
La muerte de un hombre de nacionalidad nigeriana, Efosa Okosum, de 33 años, tras precipitarse desde un cuarto piso, desencadenó en la madrugada de ayer una oleada de disturbios en el barrio de Son Gotleu, en Palma de Mallorca, que se saldó con una treintena de coches calcinados, múltiples destrozos en el mobiliario urbano, dos agentes de policía heridos y cinco detenidos.