Un ciudadano español, de 28 años, fue detenido el viernes por agentes del Cuerpo Nacional de Policía por haber colocado supuestamente un artefacto explosivo en casa de sus antiguos jefes. La investigación se inició después de que la policía tuviera conocimiento de que el pasado 8 de junio, sobre la una del mediodía, una bomba había sido colocada en la puerta de un domicilio del barrio de Russafa, en Valencia.
Un individuo había llamado a continuación repetidamente a un miembro de la familia que vivía en la citada casa, alertándole del peligro que se cernía sobre ellos y conminándole a depositar 1.000 euros en una papelera del distrito de Campanar, si no querían que explotara.
El análisis efectuado por los técnicos de la policía científica y Tedax reveló que el material utilizado en la fabricación del artefacto era un explosivo "con gran poder detonante", según informó ayer la Jefatura Superior en un comunicado.
Los agentes encargados de la investigación centraron las pesquisas en un extrabajador de la empresa, propiedad de la familia extorsionada. El trabajador fue despedido en agosto de 2010, al parecer por ausentarse de su puesto durante un mes sin dar explicaciones. El sospechoso denunció a los dos hermanos propietarios de la empresa por despido improcedente, pero la justicia estableció que no había lugar a indemnización. El detenido posee, según la policía, "altos conocimientos en informática y electrónica, así como una gran habilidad en la fabricación de artilugios".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 31 de agosto de 2011