Por las medidas que se están tomando en España, está claro que en el mercado laboral se van a acabar los trabajos fijos. Entre la proliferación de contratos temporales y las facilidades de despido, los obreros van a estar totalmente en manos de los empresarios para su continuidad o cese.
Si todas las medidas tomadas conducen a una mayor creación de empleo, bienvenidas sean; pero estimo que, junto a estas medidas, se debían de haber tomado otras que "blindasen" al obrero frente a los abusos e injusticias que los patronos pueden emplear ante la precariedad del puesto de trabajo, tales como trabajar más horas, tener menos vacaciones o trabajar en festivos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 31 de agosto de 2011