Recientemente se ha resuelto la convocatoria 2011 del programa Ramón y Cajal del Ministerio de Ciencia e Innovación para la incorporación de investigadores doctores en centros de investigación españoles. Con solo 250 contratos por convocatoria, un gran número de investigadores sobradamente capacitados se está quedando fuera de este proceso de captación de talentos. Abrir demasiado la puerta permite la entrada de candidatos aún no suficientemente preparados, pero abrirla demasiado poco supone un desperdicio de jóvenes investigadores que este país no debería permitirse. La alternativa para estos doctores, aparte de la posibilidad de continuar su carrera investigadora en el extranjero, es vagar infravalorados por un mercado laboral que no está aún a la altura de su preparación. Decepcionantes perspectivas para la generación de investigadores mejor preparada de la historia de nuestro país.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 31 de agosto de 2011