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AT&T

Buena decisión

El Gobierno de Obama ha tomado una decisión sobre la apuesta de 39.000 millones de dólares de AT&T por T-Mobile USA. La segunda empresa de telefonía móvil estadounidense apostó que podría convencer a los reguladores de que la compra de la cuarta empresa de telefonía móvil beneficiaría a los consumidores. El Departamento de Justicia estadounidense presiente que es un farol y ha interpuesto una demanda para paralizar el acuerdo. Con el sector cerca del duopolio, la lectura del Gobierno parece acertada. AT&T no va a quebrar, pero parece que está a punto de entrar en un periodo difícil.

Las ventajas del acuerdo nunca se pusieron en tela de juicio. En primer lugar, AT&T calculó que el valor de las sinergias de la compra de T-Mobile era superior al precio de adquisición. Además, la combinación ayudaría a usar las ondas hertzianas de forma más eficiente, un paso significativo dado el aumento de la demanda de espectro y su oferta limitada.

Sin embargo, nunca quedó claro que los ahorros redundarían en favor de los consumidores y cuánto tardaría AT&T en construir sus infraestructuras inalámbricas. Los encargados de disolver los monopolios del Departamento de Justicia han decidido que la eliminación de T-Mobile aumenta el riesgo de que AT&T se limite a comportarse como un monopolista soñoliento en busca de rentas, manteniendo las tarifas altas e instalando las infraestructuras despacio.

Sus sospechas están bien fundadas. T-Mobile ha competido ferozmente en los precios en todo el país y su presencia ha animado a las grandes empresas a sacar nuevos servicios. Si AT&T absorbe la división estadounidense de la alemana Deutsche Telekom, se corre el riesgo de eliminar un importante control del sector.

Es verdad que las redes más pequeñas, como Leap Wireless y MetroPCS, son fuertes en áreas como los servicios de telefonía móvil de prepago baratos. Pero su capacidad para competir es limitada. El sector de las telecomunicaciones ofrece unas economías de escala especialmente importantes, lo que significa que los actores ricos e importantes tienden a hacerse más ricos e importantes. Si el acuerdo de AT&T hubiera salido adelante, las dos mayores empresas controlarían cerca de las tres cuartas partes de todos los ingresos del sector de la telefonía móvil, y según Sanford Bernstein, más del 90% del flujo de caja disponible.

AT&T va a por todas y se prepara para luchar contra los reguladores en los tribunales. Pero a no ser que tenga algún as inesperado en la manga, parece que ha jugado mal su lucrativa mano. -

* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 4 de septiembre de 2011