Hasta la fecha, el juez Pedreira había sorprendido a todos por su férrea actitud en la instrucción del caso Gürtel, demostrando ser inasequible a presiones externas y presumo que también internas; no obstante, parece que todo tiene un límite y este ha llegado en forma de un incomprensible archivo de la causa contra L. B., que son las siglas que corresponden presumiblemente a Luis Bárcenas, en los listados de la caja B de la trama Gürtel.
Ni las cuentas opacas en Suiza, ni los ingresos inconfesables en las mismas han dado, al parecer, para inculparle.
Señor Pedreira, permítame que cuestione esta última decisión. Usted sabe que no es lo mismo presentarse a unas elecciones, las legislativas del 20-N, con un tesorero exonerado de un delito de cohecho y fraude fiscal, que imputado, como no fue lo mismo que el Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana esperara a que pasaran las elecciones municipales del 22 de mayo para dar a conocer que Camps iba a sentarse en el banquillo, postergando interesadamente una decisión que ya tenían tomada.
Dicho esto, debo decirle que a pesar de los esfuerzos de la Fiscalía Anticorrupción y de su más que previsible recurso, la justicia ha quedado nuevamente en entredicho y a partir de ahora, a la frase: "Todos somos iguales ante la ley" habrá que añadirle: "Dependiendo quién sea el justiciable", porque está visto que no es lo mismo.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 4 de septiembre de 2011