Parece ser que, por fin, se hacen las cosas con coherencia. Viendo la tasa de desempleo juvenil que tenemos se han debido de preguntar ¿para qué educamos a esta gente? ¿Para qué dedicamos personas, tiempo y dinero, si luego van derechos al desempleo? ¿Para que se vayan a Alemania, que se supone que es un país rico? No, no, vamos a ahorrarnos un dineral y, de paso, fastidiamos a los alemanes. En cuanto a la sanidad, ídem de ídem ¿para qué preocuparnos por la salud con lo caros que nos salen los jubilados, que para colmo, consumen poco? No, no, nos ahorramos un dineral y, de paso, podemos pasear por Benidorm. Jugada maestra. Qué despropósito.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 4 de septiembre de 2011