Cuando un abuso flagrante se repite en el tiempo de modo impune solo puede ser por dos motivos: o porque las autoridades consienten el abuso, o porque la sanción es tan pequeña que sigue siendo más rentable abusar y pagar la multa que dejar de ganar tan injustos beneficios.
Lamentablemente, esta última actitud parece haberse convertido en la política habitual de determinadas compañías de telefonía móvil. Hoy mismo me han exigido para darme de baja de una llave-módem USB que envíe una carta solicitándolo. Ya en el pasado te exigían este y otros requisitos con una doble finalidad: hacerte desistir de la baja y continuar con el cobro del servicio mientras la tramitabas. Afortunadamente salió una ley bastante justa que decía que para solicitar una baja no se te podían exigir más requisitos que los que te exigieron para darte de alta. Cuando le comenté esto a la operadora me dijo que conocía esta ley, pero que su empresa solo aceptaba bajas mediante ese procedimiento. Le exigí entonces hablar con su supervisor, para que me confirmase que su compañía viola la ley a sabiendas, pero ella me dijo que no tenía esa posibilidad.
De modo que todo sigue igual. Me pasarán el recibo, lo devolveré, y me incorporarán a un listado de morosos que tarde o temprano caerá en manos de una empresa especializada en darte la tabarra, perpetuándose así el abuso que tan impunemente se inició.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 5 de septiembre de 2011