Estados Unidos recibió ayer la bendición final de la Organización Mundial de Comercio (OMC) al arancel especial que impuso hace dos años a las importaciones de neumáticos chinos, como medida para proteger su industria. Esta medida levantó las espadas entre Washington y Pekín, en la víspera de la decisiva cumbre del G-20 en Pittsburgh, Pensilvania.
El veredicto de la OMC se conoció mientras los sindicatos en EE UU celebran el día del trabajo. Durante la última campaña electoral, el entonces candidato demócrata a la Casa Blanca, Barack Obama, prometió que adoptaría medidas contra las importaciones chinas para proteger los empleos en casa y presionar a Pekín para que elevara el valor del yuan. Así, optó por aplicar un arancel del 35%.
Ron Kirk, responsable de Comercio, calificó la medida como "una gran victoria para los empleados y la industria". La tarifa pretendía eliminar "una clara disrupción" para los fabricantes domésticos, cuyo negocio se vio afectado por la llegada en masa al mercado de un producto mucho más barato. El sindicato United Steelworkers calculó entonces que se habían perdido 5.000 empleos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 6 de septiembre de 2011