Que hayan sido los franceses y alemanes más ricos los que soliciten a sus Gobiernos que les suban los impuestos, es una iniciativa que les honra, pero, por otra parte, dice más bien poco a favor de la justicia fiscal vigente en los dos países más fuertes de la Unión Europea, regidos por políticos conservadores.
Como tiendo a la ingenuidad, yo pensé que si los ricos y riquísimos españoles no han rechistado, era porque el sistema tributario español les gravaba adecuadamente, pero acabo de leer que en los últimos 15 años, el tipo efectivo del IRPF se ha rebajado más de un 37% para los ingresos más altos, luego si siguen callados, por eso no es. ¿Qué les pasa a nuestros ricos, entonces? ¿Por qué están mohínos? ¿Necesitarán ver en el BOE una nueva batería de recortes sociales dirigida a las clases media y baja, antes de dar el paso? Ya que no les bastan las deferencias que con ellos ha tenido y tiene el Gobierno que se dice socialdemócrata: ¿Qué podríamos hacer nosotros para arrancarles un gramo de solidaridad?
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 6 de septiembre de 2011