He leído con profunda tristeza que a mi compañero y amigo Mauricio Vicent el Gobierno cubano le ha retirado su acreditación como periodista. ¡Qué error!
Durante varios años trabajé como periodista en la isla, y escribí miles de folios (centenares de crónicas y dos libros) sobre lo que allí sucede y su historia más reciente. En esos años traté intensamente a Mauricio. Buena parte de lo que escribí se lo debo a él, a su profundo conocimiento sobre Cuba y a su permanente y desinteresada disposición para ayudar a los compañeros que aterrizábamos por allí.
No he conocido jamás a ningún extranjero vivo que supiera tanto sobre Cuba y amara tan profundamente esa isla como Mauricio. Un amor que se reflejaba día a día en sus crónicas.
El Gobierno cubano se equivoca. Al impedirle a Mauricio que siga haciendo su trabajo, impide que cientos de miles de lectores de EL PAÍS estemos objetivamente bien informados sobre lo que sucede en la isla. ¡Qué inmenso error!
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 7 de septiembre de 2011