Es la mejor protegida de las islas del parque natural, la frecuentan un par de vigilantes, semana sí, semana no, el farero y como mucho, grupos de 125 turistas como mucho siempre guiados y que no pueden salirse de las dos rutas marcadas. En el chequeo al único parque natural de Galicia, EL PAÍS visita este islote que fue propiedad del Marqués de Revilla, hasta 2007 cuando el intento de compra por parte de Caixa Galicia motivó que el Estado ejerciese el derecho de tanteo para quedarse con él. El ecosistema sobrevive sin injerencia humana, incluidos los ciervos y caballos salvajes, aunque estos últimos, lo pasan peor, cuenta uno de los vigilantes.
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* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 12 de septiembre de 2011